Viaje a Mäbulandia...

Daban las 20:30 y llegabamos al MIMMA, allí, en la tienda del museo, nos esperaban unos cuantos indiesolitarios que llevaban un rato ya esperando. Saludos y más saludos, y nos cuentan: "¡Acaba de haber un apagón!". Pues sí, el apagón hizo que todo se retrasara unos minutos más, pero la organización estuvo rápida al solucionar todos los problemas, ese tiempo sirvió para la compra de merchandising de Mäbu para algunos. Ya dentro de la sala, bastante amplia, con un escenario en medio y sillas alrededor, comentábamos: "Tiene pinta de tener una acústica increíble" y la verdad es que estuvo a la altura.

Todos sentados, y detrás de unas cortinas aparecen, María y Txarlie, sonríen y saludan entre aplausos y empieza todo con unos latidos y únicamente la voz de ella, suena "En las alturas" y con ello nos augura que el concierto va a ser un torbellino de emociones. Inmediatamente después, como en el disco, enlazan con "Bienvenidos al norte".

Entre aplausos María nos cuenta una anécdota sobre el miedo a los cocodrilos que habitan bajo la cama... mientras Txarlie empieza a dejar fluir "Caimán". Así empezaban presentando el último disco, el cuál tenían muchas ganas de presentar en Málaga.

Pero como todo buenos artistas no pueden dejar en el olvido sus grandes éxitos del anterior disco y conectan "A solas" con "Buenos días" para que la gente se suelte, para que los que llenabámos la sala del MIMMA empezáramos a acompañar.

Fue antes de "Memoria" cuando María rompió a llorar, "Este concierto está siendo muy emotivo para mi", decía. Mezcló las risas con las lágrimas cuando Txarlie nos dijo, "No os preocupéis, llora todos los días" y viendo que no paraba soltó: "Eso te pasa por no haber llorado por la mañana". Como habíamos intuido todos en la sala estábamos en el torbellino de emociones que es Mäbu.


Siguieron con una lista de hasta 16 canciones en total, entre las que se encontraban "Paralelo", "De negro y amarillo", "Nunca", "Con mi voz" y otras tantas del nuevo disco "Detrás de las luces". En "Jaque Mate" se pudo ver algo característico de estos artistas, los geniales sonidos vocales que se marca María en muchas de las canciones se acentúa, y es en esta canción cuando se nota que están cómodos en el escenario, y empiezan a bailar.

Y antes de acabar, nos cuenta que es ella la "Chacha de Mäbu" en las redes sociales, y nos invita a que nos equipemos con el merchandising de la tienda para "Ir bien equipados a Mäbulandia". Es cuando terminan con los bises "Una calle de Paris" y "Estoy bien como estoy".

Empezamos a salir y la opinión era la misma, una grandisima experiencia, tanto con la sala del MIMMA como con estos grandes artistas. La única mancha en contra era que las guitarras de María sonaban algo bajas, culpa del apagón previo que les desconfiguró los aparatos.

Fuera pudimos charlar con ella, "Espero que en twitter no hayas sido muy malo" y es que no se pudo ser malo, ni crítico, porque la opinión común lo decía todo.

Mäbu da un directo muy recomendable para aquel que quiera vivir un maremoto de emociones durante hora y media.


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